Sr. Brito:
Cada kilo de carne que Ud. pierde, es un kilo más de enfermedad en el alma de los venezolanos, digo, de los venezolanos de bien, no de aquellos con el alma envilecida que lo descalifican y lo tildan de loco para disimular su maldad.
Usted, Sr. Brito, ha metido el dedo en la llaga, ha mostrado la dimensión de la tragedia de miles de venezolanos que lo han perdido todo, que han sido humillados como perros, burlados groseramente, y que no les queda más nada sino el soplo de vida para reclamar sus derechos fundamentales arrebatados vilmente.
Sr. Brito, Usted, junto con Simmonovis, Forero, Vivas, y los otros miles de presos políticos que existen hoy en Venezuela, y también los presos comunes a quienes se les niega el debido proceso, los injuriados, los amenazados, los asesinados, los secuestrados, los enfermos que no reciben tratamiento y mueren de mengua ruleteados por los hospitales del país, los niños de la calle, los mendigos, todos aquellos compatriotas que sufren, a todos, los llevo en mi corazón día a día con gran dolor.
Sr. Brito, yo, y millones de venezolanos sentimos su causa como nuestra y sólo podemos ofrecerle nuestros más sincero respeto.
Atentamente,
MM
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