La tarde de éste domingo se la dediqué a la Orquesta Sinfónica Juvenil Venezuela cerrando el Festival Mahler 2006, bajo la dirección de Gustavo Dudamel.
El programa fue la Sinfonía No.2 en Do Menor, "Resurreccion" (1894).
Las sinfonías de Mahler se caracterizan por ser sobre la vida, la muerte y la vida renovada. Mahler entendía la muerte como un renacimiento.
El primer movimiento de la Segunda Sinfonía es una marcha fúnebre, la muerte como comienzo y no como final, lo que significa que comienza con una canción de muerte y temina con una de esperanza.
Y es que esperanza es una palabra insulza para describir lo que se siente cuando uno oye tocar a esos muchachos bajo la batuta del gigante Dudamel, yo diría más bien que es una experiencia religiosa.
La energía y la pasión que le arranca a cada instrumento se cuela a través de las fibras más profundas e intrincadas que llegan al alma.
El coro de más de 350 muchachos lleva al clímax el último movimiento y ahí no pude contener las lágrimas, realmente fue espectacular.
Gustavo Dudamel dirige y se desenvuelve no como un jóven de 25 años, pareciera que éste oficio lo hubiera hecho ya por años, quizás en otra vida, quizás...
"Música escuchada tan profundamente
que no es escuchada en aboluto,
sino que uno es la música
mientras la música dura"
T.S. Eliot
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