Sé que cuando muera voy a ir al infierno.
Quisiera, sin embargo, poder escoger a cuál infierno ir. Definitivamente, el infierno venezolano es el mejor de todos. No como el suizo o el alemán, que funcionan a la perfección. No. Quisiera ir a éste, el mío, ya que funciona de manera bastante conveniente. Porque cuando hay balde, no hay mierda, cuando hay mierda, no hay balde, y cuando hay balde y hay mierda, no hay quien te la eche.
De manera, que se hace bien llevadero.
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