15 de diciembre de 2006

TAUMANOVA

Me despido de ustedes por unos días con un regalo soñado.
El disco de la venezolana Taumanova. Son canciones de cuna hermosísimas, muy bien arregladas, dulces, suaves, para dormir no solo a un niño, sino para hacernos soñar a los más adultos también, es una caricia para el alma.
Feliz Navidad y todo lo mejor para el 2007!

Lo compré en tiendas Esperanto.

12 de diciembre de 2006

El diente roto

A los doce años, combatiendo Juan Peña con unos granujas recibió un guijarro sobre un diente; la sangre corrió lavándole el sucio de la cara, y el diente se partió en forma de sierra. Desde ese día principia la edad de oro de Juan Peña.

Con la punta de la lengua, Juan tentaba sin cesar el diente roto; el cuerpo inmóvil, vaga la mirada sin pensar. Así, de alborotador y pendenciero, tornóse en callado y tranquilo.

Los padres de Juan, hartos de escuchar quejas de los vecinos y transeúntes víctimas de las perversidades del chico, y que habían agotado toda clase de reprimendas y castigos, estaban ahora estupefactos y angustiados con la súbita transformación de Juan.

Juan no chistaba y permanecía horas enteras en actitud hierática, como en éxtasis; mientras, allá adentro, en la oscuridad de la boca cerrada, la lengua acariciaba el diente roto sin pensar.

—El niño no está bien, Pablo —decía la madre al marido—, hay que llamar al médico.

Llegó el doctor y procedió al diagnóstico: buen pulso, mofletes sanguíneos, excelente apetito, ningún síntoma de enfermedad.

—Señora —terminó por decir el sabio después de un largo examen— la santidad de mi profesión me impone el deber de declarar a usted...

—¿Qué, señor doctor de mi alma? —interrumpió la angustiada madre.

—Que su hijo está mejor que una manzana. Lo que sí es indiscutible —continuó con voz misteriosa— es que estamos en presencia de un caso fenomenal: su hijo de usted, mi estimable señora, sufre de lo que hoy llamamos el mal de pensar; en una palabra, su hijo es un filósofo precoz, un genio tal vez.

En la oscuridad de la boca, Juan acariciaba su diente roto sin pensar.

Parientes y amigos se hicieron eco de la opinión del doctor, acogida con júbilo indecible por los padres de Juan. Pronto en el pueblo todo se citó el caso admirable del "niño prodigio", y su fama se aumentó como una bomba de papel hinchada de humo. Hasta el maestro de la escuela, que lo había tenido por la más lerda cabeza del orbe, se sometió a la opinión general, por aquello de que voz del pueblo es voz del cielo. Quien más quien menos, cada cual traía a colación un ejemplo: Demóstenes comía arena, Shakespeare era un pilluelo desarrapado, Edison... etcétera.

Creció Juan Peña en medio de libros abiertos ante sus ojos, pero que no leía, distraído con su lengua ocupada en tocar la pequeña sierra del diente roto, sin pensar.

Y con su cuerpo crecía su reputación de hombre juicioso, sabio y "profundo", y nadie se cansaba de alabar el talento maravilloso de Juan. En plena juventud, las más hermosas mujeres trataban de seducir y conquistar aquel espíritu superior, entregado a hondas meditaciones, para los demás, pero que en la oscuridad de su boca tentaba el diente roto, sin pensar.

Pasaron los años, y Juan Peña fue diputado, académico, ministro y estaba a punto de ser coronado Presidente de la República, cuando la apoplejía lo sorprendió acariciándose su diente roto con la punta de la lengua.

Y doblaron las campanas y fue decretado un riguroso duelo nacional; un orador lloró en una fúnebre oración a nombre de la patria, y cayeron rosas y lágrimas sobre la tumba del grande hombre que no había tenido tiempo de pensar.


Pedro Emilio Coll ( Caracas, 1872-1947)

10 de diciembre de 2006

Festival Bancaribe


Hoy tuve el privilegio de asistir de nuevo a un concierto en el Teatro Teresa Carreño de la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar dirigido por Gustavo Dudamel. Las palabras se quedan cortas para describir tanta belleza, tanta maravilla. Sin duda que la música, es el lenguaje que nos acerca más a Dios.

El programa que tocó hoy fue el concierto para Flauta y Orquesta No.1 en Sol Mayor KV-313 (1778) de Wolfang Amadeus Mozart (1756-1791). El flautista invitado fue Andrea Griminelli.
A pesar de que Mozart no le gustaba la flauta, fue capaz de poner de lado el disgusto que sentía por el instrumento y demostrar su profesionalismo para crear una obra de primer nivel. El primer movimiento es muy intenso y el virtuosismo del final con saltos amplios y carrerillas rápidas requieren de un flautista de la talla de Griminelli que estuvo sen-sa-cio-nal.

Lamentablemente hubo una nota discordante y fue que en medio de la cadenza de la flauta, con aquel hilo de música que flotaba levemente en el aire, el público que no respiraba, nadie tosió, nadie se atrevió a moverse, un par de fotográfos ubicados en el balcón lateral derecho se dedicó a disparar 300 fotos por minuto molestando a los músicos y al público con los click que sonaban como un timbal. Demás esta decirles que cuando vino el intermedio encabecé la fila de gente furibunda que se los tragó vivos por ser tan, pero tan faltos de respeto.

Luego del intermedio la orquesta tocó la Obertura de la Pascua Rusa de Rimski-Korsakov, Inspirada en temas litúrgicos de la Pascua Ortodoxa de Resurrección. El concertino que no pasaría de 25 años se lució. Esta pieza en particular es bellísima, emocionante!

A continuación, el Concierto para Violín y Orquesta en Re Mayor, Opus 35 (1878)
de Piotr Ilyitch Tchaikovsky (1840-1893). El viloinista invitado fue Joshua Bell.
Es curiosa la historia de este concierto que permaneció guardado en un cajón por cuatro años al ser declarado inejecutable por el gran virtuoso Leopold Auer. Sería otro violinista, Adolph Brodsky, que se atrevió a tocarlo convirtiéndolo en parte de su repertorio a pesar de la mala crítica que recibiera en un principio.

La técnica del violín esta en constante cambio, y los estudiantes de hoy dominan como cosa de rutina lo que hasta ayer eran terribles dificultades.
Joshua Bell, se lució, y el público venezolano, que definitivamente es muy agradecido, lo ovacionó largamente.

Mi favorito sin embargo sigue siendo Gustavo Duadamel.
De que forma conduce la orquesta!, como saca lo mejor de cada músico!, como se conecta con cada uno!. La sencillez, el carisma, el virtuosismo de este muchacho no tiene medida. Dudamel es de los pocos que es profeta en su tierra.
Ya lo dije en otra oportunidad, él en otra vida, condujo la orquesta de los dioses.

Un aplauso al Banco del Caribe, banco de gente seria, que apoya esta iniciativa!

3 de diciembre de 2006

Ya Vote!


Ya voté. La emoción y los nervios agolpados en la garganta casi me paralizan.
El proceso lo encuentro complicado puesto que la gente -a pesar de las campañas de información- espera encontrar el tarjetón en la máquina de votación y resulta que NO.
Hay un tarjetón electrónico abajo, apoyado sobre la mesa, donde primero escoges la opción. Vale decir que son tantas, que resultan pequeñas y difíciles de ver. Hay que estar muy pilas para no equivocarse.
Luego de que tienes escogida la opción en el tarjetón electrónico, aparece la cara del candidato en la pantalla de la máquina, que está a la altura de tus ojos. Por lo que son dos planos que tienes que manejar. (abajo en la mesa, arriba en la máquina)
Todo este proceso se hace interactuando con el miembro de mesa, que es quien apreta el botón para activar el mecanismo.
Si te toca uno que te apure, te pregunte 100 veces si ya escogiste, los nervios se aceleran y corres el riesgo de votar mal.

La verdad es que el proceso me parece poco claro e innecesariamente complicado y costoso para expresar la voluntad de un pueblo.
La cantidad de viejitos desarmándose, con un pie aquí y otro en el más allá que acudió a votar, fue conmovedor. Esos si saben lo que es una dictadura porque las padecieron todas, y saben lo que está en juego.

Como dato curioso, afuera en la cola, estaba esta señora con un cartelón ofreciendo abrazos gratis, de más esta contarles que le acepté gustosamente uno y me provocó guindármele del cuello a llorar, es tanta la tensión, y tan serio lo que nos estamos jugando, que las emociones se desbordan con facilidad.

Nota personal que no me aguanto: Mi hijo mayor, que todavía no esta en edad de votar (17) se reunió con varios amigos del colegio y estan trabajando en Chacaíto, coordinando el traslado de gente discapacitada, o viejitos a los centros de votación. Así se hace! Me hizo sentir muy orgullosa.
Hay que participar! hay que ser parte del tejido social, hay que involucrarse!!